Quizás existan pocas cosas tan enigmáticas como las cuevas. Son lugares en donde parece respirarse otra atmósfera y habitan criaturas acostumbradas a la oscuridad, pero a la vez son el espacio en donde comienza nuestra historia como humanidad. En las cuevas se refugiaron nuestros antepasados más primitivos, dejando muestras de su paso por medio de pinturas, formas y colores; estos tres últimos son los que definen a la banda que nos ocupa en la entrevista de hoy, ellos son Cave Of Swimmers.
Esta agrupación Cave Of Swimmers se encuentra formada por dos talentosísimos músicos venezolanos, Guillermo González Pérez (voz principal, guitarra, synth) y Arturo García Ribbi (Batería, voz), radicados en los Estados Unidos, han forjado una carrera que los ha llevado a recorrer gran parte de la geografía norteamericana promocionando su singular propuesta musical.
CAVE OF SWIMMERS – ENTREVISTA
Por Pedro Capon – Caponazo
Tuvimos el placer de conversar con ellos y para nosotros es un honor poder traerles el resultado de nuestra entrevista con la banda Cave Of Swimmers.
La primera vez que escuché a Cave Of Swimmers imaginé que había, por lo menos, 5 músicos, mi sorpresa es que al ver un vídeo me encuentro con que son solamente dos. ¿Cuál es la razón de esta alineación y cómo eso caracteriza a la banda?
Guille: Yo recuerdo que el concepto de un dúo fue de Arturo. Cuando él me propuso esa idea, hace muchísimos años, yo lo tomé como un reto. Comencé a pensar en un setup que, en un principio, me permitiera solear y cubrir las frecuencias bajas de alguna forma al mismo tiempo.
Ni de vaina iba a tocar con backing-track, eso jamás. Todo tenía que ser en vivo. Recordé un video que tenía en VHS cuando era niño, de Yngwie Malmsteen tocando en Leningrado, en el que durante su solo de guitarra sonaba una nota baja en el fondo, pero el tecladista no estaba en el escenario. Comencé a investigar de dónde provenía ese sonido, y di con un pedal que se llama Moog Taurus, que lo utiliza Geddy Lee de Rush, además de una infinidad de otros músicos que no sospecharían… desde Phil Collins hasta Sting… y básicamente todos los trailers de películas en los que escuchas esos sonidos de Transformers… el soundtrack de Terminator I, por ejemplo. Así, todo aquello me inspiró a tocar progresiones en el Moog, y reemplazar/eliminar al bajista de la ecuación, en lugar de utilizarlo como se utiliza comúnmente, con una nota pedal.
Arturo: Lo primero que hice el día que me compré una batería a los 14 años fue llamar a Guille para tocar en mi casa. Desde ese momento hubo una conexión musical muy especial que continuó, aunque tocáramos con otras personas en un mismo grupo… tríos, cuartetos, y demás; Guille y yo siempre hemos sido una unidad. Después que nos vinimos a vivir a los EE. UU. fue evidente que teníamos que formar un grupo que fuera la esencia de nuestras influencias a la mínima expresión, es decir, sólo dos personas, sin mucha complicación.
¿Cuál es la idea detrás de Cave of Swimmers? ¿Hay alguna relación con la cueva con arte rupestre que lleva el mismo nombre?
G: Solíamos llamarnos, al principio, The Tunnel, como el libro de Ernesto Sábato. Posteriormente decidimos cambiarlo, porque ya existían otras bandas con el mismo nombre. Cave of Swimmers es el nombre de un tema de nosotros, que nadie tenía, y está de alguna manera relacionado con el concepto de “El Túnel” de Sábato, por el rol que juega en la historia de “El Paciente Inglés”.
A: Para mí, Cave of Swimmers es una metáfora de muchas cosas, por ejemplo, un lugar en donde se está a salvo y se puede ser uno mismo, un útero, la fuente de la vida, un comienzo, pero a la vez un ambiente para el crecimiento y el desarrollo humano/espiritual.
Es realmente complicado mantener una relación prolongada con otra persona y aún más cuando se trabaja en términos creativos, pero ustedes llevan siendo amigos desde hace mucho tiempo… ¿Cuál es el secreto?
G: Respetar la visión de cada uno. Mi filosofía es: si te apasiona una idea más que a mí, échale bolas, y yo te apoyo 100%. Como los equipos de básquet; si estás libre y te veo confiado en que vas a hacer el tiro, te paso el balón y punto. Si la metes, bien, si fallas, se aprende y pal’ coño.
A: Es más fácil que con un grupo de más personas, porque hay sólo dos opiniones, en vez de cuatro o cinco. La clave es tener claros los objetivos del grupo y un plan claro, respetando las ideas y las opiniones de la otra persona.
En su música escuchamos poderosos riffs que nos llevan a pensar en el rock clásico y el heavy metal, pero también nos sorprenden con la inclusión de elementos tradicionales latinoamericanos y particularmente venezolanos. Coméntennos un poco cuál es la idea de tal fusión.
G: No fue una cosa premeditada, en realidad. Creciendo en Caracas, para nosotros no era fuera de lo común escuchar salsa y merengue en fiestas, reuniones, autobuses… y después llegar a la casa y escuchar metal. En el arte, para mí, la honestidad es fundamental… si no lo vivo, no lo toco, porque no sabría cómo. Ciertamente la música latina es parte de nuestras vidas, al igual que el heavy metal, y otras músicas que nos alimentan el alma de una u otra forma.
A: Crecimos escuchando heavy metal pero también, viviendo en Venezuela, fuimos expuestos a ritmos latinoamericanos. Con nuestra música queremos hacer nuestra propia versión de heavy metal, con un sonido más global, acorde con nuestras raíces y diferente a lo común. Siempre que tocamos la gente se queda loca con la manera que interpretamos esta música; especialmente porque nadie lo está haciendo de esta forma. Sepultura logro mezclar muchas de sus influencias brasileñas a su repertorio; ahora es el turno de Cave of Swimmers con la música venezolana y caribeña.
A nivel de producción todo se nota muy bien trabajado y con los espacios claros para que cada instrumento destaque. ¿Quién los produce? ¿Qué elementos han incorporado a su sonido que les haya parecido más descabellados?
G: Ian Mercel hace las mezclas. Fue compañero de Arturo de la universidad. En este último disco que está por salir, grabamos cualquier cantidad de cosas; güira, redoblante de orquesta, guitarra flamenca, quijada de burro, perros ladrando… lo que sea con tal de llevar el mensaje a cabo.
Entrevistamos a Cave Of Swimmers formado por dos talentosísimos músicos venezolanos, Guillermo González y Arturo García, con una singular propuesta de heavy metal con sonidos tradicionales latinoamericanos. Clic para tuitear
Hablemos un poco del gear. ¿Qué usan? ¿Cómo y para qué lo usan? ¿Es lo mismo un gear de grabación que en vivo?
G: Mi guitarra es una Gibson SG, la cual corro por tres amplificadores: dos Quilter de guitarra en estéreo (suenan más o menos como un Marshall JCM, sin el peso en la espalda y lo poco fidedignos que pueden ser los tubos a la hora de irse de gira), y otro Quilter de bajo. Por ese amplificador, corro un Moog Taurus. Es exactamente el mismo setup en vivo. Como dije anteriormente, utilizo todo eso para llenar el espacio sonoro lo más posible, fuera de la percusión, obviamente.
A: Uso una batería Ludgwig Vistalite (plexiglass) de cinco piezas. Con la particularidad que los toms solo tienen un cuero en vez de dos. Esto hace que tengan un sonido diferente, que suena a timbales, pero también a toms de orquesta. También el orden de mis toms encima del bombo es al revés. Primero viene el tom de 13” y después el de 12”, afinado bien arriba como un timbal. El hecho de que solo haya un cuero en los tambores hace que la batería se pueda guardar fácilmente para no acaparar mucho espacio; metiendo un tambor dentro del otro. Todos los tambores caben en dos estuches. Uso platillos Paiste 2002, hi-hats de 14”, dos crash de 18” y un ride de 22”. En el estudio uso un tercer crash de 19” para tener más colores.
Cuéntenos su proceso de adaptación de Venezuela a los Estados Unidos. ¿Por qué USA? Con tanta competencia, ¿Cómo comenzar a hacerse un espacio?
G: Jaco Pastorius decía que él no tenía competición, porque él no estaba compitiendo. Lo más importante es tener ganas de expresarse de una manera honesta, y trabajar fuerte. Lo demás es lujo. La adaptación es un proceso en el que hay que ser extremadamente humilde y estar abierto a aprender, si no, se vuelve un calvario.
A: El porcentaje de grupos buenos versus grupos no-buenos en EE. UU. no es diferente a ningún otro país; es decir, un porcentaje pequeño de grupos buenos, versus un gran porcentaje de grupos no-buenos. Ahora, sí es verdad que hay muchos más grupos aquí que en otros lugares, pero si uno cree en lo que hace, y además la partes en la tarima, hay mucha oportunidad aquí para salir
adelante y vivir del arte.
Si tuvieran que nombrar tres diferencias al mercado musical venezolano y al norteamericano, ¿Cuáles serían?
G: Hay muchas variantes. En un país, mientras más sufre la economía, lo que más sufre es el arte. La gente en esas circunstancias, comprensiblemente, en lo que menos piensa es en consumir música. Además, ahora que se le ha enseñado al público que hacer música «es gratis» (no lo es), pienso que el mercado musical a nivel global es el mismo: un modelo en el que existen altas probabilidades de que el músico salga jodido. Hay que trabajar duro, aprender lo más que se pueda y tener las ganas de hacer música.
A: Primero, obviamente es el tamaño. El mercado en EE. UU. es inmenso. Segundo, la actitud del público. En Venezuela el público te muestra su opinión con rapidez, especialmente si el grupo es malo, no te salvas de una pita o gritos de alguien por ahí diciendo: “baaajate de ahí valeee”. Aquí en EE. UU. el público es más suave y acepta cualquier cosa que hagas en la tarima sin decirte nada al respecto, por más mala que sea la propuesta. También aquí hay una reacción menos eufórica a la hora de ver un grupo famoso, la gente está más acostumbrada.
Creo que solemos elevar casi a lo mitológico a los músicos que admiramos y plantearnos un escenario en donde sea posible no solo saludarlos sino tocar con ellos es casi rozar el delirio, sin embargo, ustedes han podido traspasar esa barrera y llegaron a compartir tarima con Jason Newsted, Down, etc. Cuéntennos cómo ha sido la experiencia.
A: Ha sido increíble. Es un trip haber conocido a Jason y entablar una buena relación con él. Yo lo conocí en un avión y apenas escuchó Cave of Swimmers nos dijo para vacilar con él en su casa y tocar. Igual cuando conocimos a Phil Anselmo; al final del día ellos son gente como cualquier otra, obviamente han tenido una experiencia de vida muy loca y han sido adorados por millones, pero cuando estás con ellos sin el parapeto de ser estrella de rock y eso, te das cuenta de que la película que uno a veces tiene en la cabeza no está acorde con la realidad. Al final son gente común y corriente.
G: El aprendizaje para mí fue, básicamente, que ellos son gente ordinaria- con experiencias extraordinarias- pero gente ordinaria al fin.
¿Qué viene para Cave of Swimmers?
A: Disco nuevo, videos nuevos, giras, y mucho sabor.
G: Un disco nuevo que está grabado, y listo para imprimir. El año que viene va a salir, ¡espero que estén pendientes!
¿Qué mensaje les darían a los lectores de Apuesto Al Rock y a sus seguidores en Venezuela?
A, G: Que por favor rieguen la voz, lo más que puedan. ¡Su apoyo vale muchísimo, y muchísimas gracias, siempre!
Pueden seguir y escuchar a Cave Of Swimmers por: